Durante
siglos, la enseñanza, el aprendizaje, el conocimiento escaso que se
había rescatado de las culturas griega y romana, estuvieron asociados a
la Iglesia Católica y, sobre todo, a las necesidades que ella tenía
(como, por ejemplo, en los servicios religiosos y la lectura de los
libros sagrados). El latín fue escogido como idioma oficial de la
Iglesia, por eso durante todo este período en la enseñanza como en el
intercambio de conocimiento fue el latín la lengua que se usó.
Debe decirse que en toda esta época no había mucha matemática
disponible, aunque en el currículo educativo para las pocas escuelas que
hubo se le dio cierto énfasis a las matemáticas. Por ejemplo, el modelo
educativo estaba formado por lo que se llama el cuadrivium y el
trivium. El primero estaba constituido por geometría, aritmética,
astronomía y música. El trivium: por retórica, gramática y dialéctica .
Sin embargo, como hemos dicho, el nivel matemático era bajo, apenas una
aritmética y una geometría muy elementales.
Los estudios en la Edad Media eran:
La Astronomía en la Edad Media
La astronomía griega se transmitió hacia el Este a los sirios,
indios y árabes después de la caida del Imperio Romano. Los astrónomos
árabes recopilaron nuevos catálogos de estrellas en los siglos IX y X y
desarrollaron tablas del movimiento planetario. El astrónomo árabe
Azarquiel, máxima figura de la escuela astronómica de Toledo del siglo
XI, fue el responsable de las Tablas toledanas, que influyeron
notablemente en Europa.
En 1085, año de la conquista de la ciudad de Toledo por el rey Alfonso
VI, se inició un movimiento de traducción del árabe al latín, que
despertó el interés por la astronomía (entre otras ciencias) en toda
Europa.
En la Escuela de traductores de Toledo se tradujeron las Tablas
toledanas y el Almagesto de Tolomeo y, en 1272, se elaboraron las Tablas
alfonsíes bajo el patrocinio de Alfonso X el Sabio; estas tablas
sustituyeron a las de Azarquiel en los centros científicos europeos.
Junto a la obra histórica y jurídica, Alfonso X fomentó la traducción de
libros astronómicos y astrológicos, en especial de procedencia árabe y
judía, traducidos por lo general al latín y de esta lengua al
castellano. Entre éstos pueden citarse los Libros del saber de
astronomía. La crítica ha aceptado que su labor se redujo, en la mayoría
de las ocasiones, a la de organizador, director e inspirador del
trabajo.
Los trabajos de investigación y traducción de esta admirable escuela
permitieron que obras fundamentales de la antigua cultura griega fueran
rescatadas del olvido y transmitidas a la Europa medieval a través de
España. A partir de estas versiones, y gracias a las mismas, España
transmitió a Europa todos aquellos saberes que cubrían campos como la
geografía, la astronomía, la cartografía, la filosofía, la teología, la
medicina, la aritmética, la astrología o la botánica, entre otros. Esta
escuela fue el origen y la base del renacer científico y filosófico de
las famosas escuelas de Chartres y, más tarde, de la Sorbona.
Durante este periodo en Europa dominaron las teorías geocentristas
promulgadas por Ptolomeo y no se presentó ningún desarrollo importante
de la astronomía. Solamente Johannes Müller (llamado Regiomontanus)
comenzó a realizar y reunir nuevas mediciones y observaciones.
En el siglo XV comenzaron a surgir dudas sobre la teoría de Tolomeo: el
filósofo y matemático alemán Nicolás de Cusa y el artista y científico
italiano Leonardo da Vinci cuestionaron los supuestos básicos de la
posición central y la inmovilidad de la Tierra. Había empezado el
Renacimiento.
La matemática representa el estudio de las relaciones entre cantidades,
magnitudes y propiedades, y de las operaciones lógicas utilizadas para
deducir cantidades, magnitudes y propiedades desconocidas. Es una
ciencia que ya ha cumplido 2000 años de edad, y aunque actualmente está
estructurada y organizada, esta operación llevó muchísimo tiempo. En el
pasado las matemáticas eran consideradas como la ciencia de la cantidad,
referida a las magnitudes (como en la geometría), a los números (como
en la aritmética), o a la generalización de ambos (como en el álgebra).
Hacia mediados del siglo XIX las matemáticas se empezaron a considerar
como la ciencia de las relaciones, o como la ciencia que produce
condiciones necesarias. Esta última noción abarca la lógica matemática o
simbólica — ciencia que consiste en utilizar símbolos para generar una
teoría exacta de deducción e inferencia lógica basada en definiciones,
axiomas, postulados y reglas que transforman elementos primitivos en
relaciones y teoremas más complejos.
Las primeras referencias a matemáticas avanzadas y organizadas datan del
tercer milenio a.C., en Babilonia y Egipto. Estas matemáticas estaban
dominadas por la aritmética, con cierto interés en medidas y cálculos
geométricos y sin mención de conceptos matemáticos como los axiomas o
las demostraciones.
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